LA ORTOPEDIA FUNCIONAL DE LOS MAXILARES

 

Para la persona que no es profesional, el término Ortopedia Máxilo Facial puede causar confusiones. Simplemente, significa modificar el tamaño, la forma y las relaciones entre los huesos de la cara y los maxilares. En la mayoría de los casos éstos cambios pueden realizarse por medio de aparatos ortopédicos removibles. Para obtener los mejores resultados, se requiere realizar del tratamiento cuando el paciente este en crecimiento (antes de los doce años), evitando así que las deformidades óseas se hagan permanentes, ya que cuando se hace en forma tardía, puede que ser necesario realizar una cirugía ortognatica para corregir dichas deformidades.

Alteraciones de la función de los tejidos blandos

 

Cuando la función y la forma son correctas, esto indica que habrá un buen crecimiento de los maxilares con espacio para todos los dientes.
Para que haya un correcto desarrollo de los maxilares y por consecuencia de la cara, el maxilar superior necesita que la lengua descanse contra el paladar entre los dientes superiores, donde contrarresta la fuerza de las mejillas y los labios.

 

También se requiere que la dieta consumida por el paciente tenga suficiente consistencia, la dieta blanda no produce un correcto ejercicio masticatorio y los maxilares no crecen adecuadamente.

Los labios deben estar en leve contacto en reposo, sin hacer fuerza y no moverse al tragar. La respiración debe hacerse únicamente por la nariz permitiendo mantener la boca cerrada en reposo.

 

Cuando hay una disfunción en los tejidos blandos, ya sea porque los labios no pueden permanecer cerrados, la masticación está alterada, o la respiración se realiza por la boca,  la lengua no se posiciona correctamente, el apiñamiento dental y la falta de desarrollo de los maxilares son el resultado. Estos malos hábitos orales son conocidos como hábitos miofuncionales incorrectos.

 

Alteraciones del perfil

 

Los hábitos miofuncionales incorrectos, provocan alteraciones en la oclusión (mordida), lo que a su vez, produce alteraciones en el perfil del paciente. Una posición adecuada de los maxilares (neutroclusión) permitirá que el perfil del paciente sea recto, por el contrario, una posición posterior de la mandíbula (distoclusión) provocará un perfil convexo y una posición anterior, (mesioclusión) provocará el desarrollo de un perfil cóncavo en el paciente.

En el sentido transversal, una falta de desarrollo del maxilar superior, provocará una desviación del mentón y una asimetría facial en el plano frontal. El desvío de 1 milímetro de la mandíbula puede provocar una desviación hasta de 1 centímetro en la columna, lo que además puede generar una escoliosis.

La corrección de los malos hábitos y la mala función muscular permite que los dientes, los maxilares y la cara alcancen su máximo potencial genético y los dientes se muevan hacia su posición correcta de manera natural. La Ortopedia Funcional de los Maxilares es el tratamiento adecuado para esto, ya que corrige la función.

La colocación de brackets, con o sin extracciones, no resuelve las causas que originaron el apiñamiento si no se realiza acompañada de ésta corrección. Al retirar los brackets, los dientes comienzan a ser empujados nuevamente por la lengua, los labios o los carrillos, regresando a su mala posición original. Esto es lo que denominamos recidiva del tratamiento.

¿A qué edad es recomendable evaluar a los niños?

La edad más recomendable para evaluar a los niños es entre los cuatro  y seis años, mientras más temprano mejor, si el niño presente alguna alteración ya sea de respiración bucal, desviación mandibular, masticación o deglución anómala, debe se tratado inmediatamente aprovechando su potencial de crecimiento (antes de los 12 años) para que las deformidades óseas no se hagan permanentes.

 

¿Cuándo comenzar el tratamiento?

Lo más precozmente que sea posible, desde los cinco años ya es posible diagnosticar y tratar estas anomalías. Un tratamiento temprano permite aprovechar el potencial de crecimiento del niño, de manera de estimular el crecimiento óseo o inhibirlo según sea necesario. En algunos casos el tratamiento requerirá de apoyo de un equipo multidisciplinario, (otorrino, fonoaudiólogo, traumatólogo y kinesiólogo), según sea el caso. La idea es tratar al paciente antes de los doce años, de manera de evitar que las deformidades óseas se hagan permanentes y requieran de un tratamiento quirúrgico.

 

¿Cuánto tiempo dura este tipo de tratamiento?

El tiempo de tratamiento varía  de acuerdo a la edad  del paciente y al tipo de anomalía a tratar. También de acuerdo al grado de compromiso del paciente y su grupo familiar en respetar indicaciones  para lograr los resultados óptimos. El promedio de duración es de 18 meses, el tiempo menor es de 6 meses y lo máximo podría alcanzar 36 meses. Es posible también que sea necesario realizar un tratamiento de dos fases, es decir comenzar con ortopedia para corregir la forma, tamaño y posición de los huesos maxilares y terminar el tratamiento con ortodoncia para colocar correctamente los dientes en posición.